domingo, 24 de junio de 2018

Confianza (Victoria Kent)

La seguridad en la mano del hermano reduce las cosas a sus justas proporciones. Seguridad... Plácido quiso sonreír: su gesto fue de amargura. Hoy no tenemos seguridad en nada y ése es el problema más grave que tiene planteado el mundo: cómo recobrar la confianza, cómo hacer florecer la confianza un día. La confianza en los otros es la mitad de nuestra vida, la confianza en los otros es la otra parte de nuestra libertad. Nuestra libertad no nos pertenece, nuestra libertad está en los otros. Sí, eso está claro; la libertad no es el libre decir, el libre pensar, el libre sentir; la libertad va con nosotros como semilla que ha de germinar: nuestra libertad es la posibilidad de la acción.
Dejemos al hombre libre en un medio hostil, situemos al hombre libre en una ambiente de desconfianza y este hombre no podrá decir libremente, obrar libremente, vivir libremente. A este hombre le falta la confianza en otros y esta falta de confianza diseca su libertad y le hace prisionero de sí mismo sin que ninguna fuerza material le haya limitado su decir o su obrar. De ahí viene ese estado de inseguridad en los momentos graves en que la delación tiene buen curso, es estos momentos en que el compañero puede ser el enemigo, en que el delator puede estar a nuestro lado; en ese ambiente, nuestra proyección hacia el exterior no puede ser libre porque no puede ser confiante, y el fuerte y el débil acusan, con signos contrarios, el mismo mal: el fuerte persigue, encarcela y mata; el débil huye.
Yo era un hombre libre que todavía tenía confianza en los demás, sin darme cuenta de que los demás no la tenían ya en mí. Comenzaba la caza del hombre, para la que no tengo ni aptitud ni preparación.
Mi reclusión se imponía: mi libertad está en mi reclusión.
El gusano ya no roe. Mi libertad puede estar mermada, pero sana; ha florecido en mí sin limitaciones. Soy dueño de mi alma, soy dueño del universo.
Mi pensamiento puede mecerse cada noche en una estrella... 

Confianza (Victoria Kent)













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Cuatro años en París. 1940-1944
Victoria Kent (
Málaga, 7 de marzo de 1898-Nueva York, 26 de septiembre de 1987)

Cuatro años en París. 1940-1944 narra los años que Victoria Kent pasó en la capital francesa durante la ocupación nazi, oculta en un pequeño apartamento y perseguida por la Gestapo y la policía franquista. Libro de lectura apasionante, contiene ingredientes propios de una novela de intriga que atrapan al lector, en la línea de obras como El diario de Ana Frank o El pianista del gueto de Varsovia de Wladyslaw Szpilman, proporcionando una fiel descripción de aquellos años turbulentos. Pero el libro es, al mismo tiempo, un lúcido ensayo, una reflexión sobre la vida, el poder y la libertad que alcanza cotas de extraordinaria inteligencia y lirismo, y un documento histórico de primera línea, testimonio único de la lucha de una mujer de valor e inteligencia excepcionales.

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