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martes, 11 de febrero de 2025

Mundanal (Fray Luis de León)

Oda I

Vida retirada
 

1 ¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruïdo,
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido;

2 Que no le enturbia el pecho
de los soberbios grandes el estado,
ni del dorado techo
se admira, fabricado
del sabio Moro, en jaspe sustentado!

3 No cura si la fama
canta con voz su nombre pregonera,
ni cura si encarama
la lengua lisonjera
lo que condena la verdad sincera.

4 ¿Qué presta a mi contento
si soy del vano dedo señalado;
si, en busca deste viento,
ando desalentado
con ansias vivas, con mortal cuidado?

5 ¡Oh monte, oh fuente, oh río,!
¡Oh secreto seguro, deleitoso!

Roto casi el navío,
a vuestro almo reposo
huyo de aqueste mar tempestuoso.

6 Un no rompido sueño,
un día puro, alegre, libre quiero;
no quiero ver el ceño
vanamente severo
de a quien la sangre ensalza o el dinero.

7 Despiértenme las aves
con su cantar sabroso no aprendido;
no los cuidados graves
de que es siempre seguido
el que al ajeno arbitrio está atenido.

8 Vivir quiero conmigo,
gozar quiero del bien que debo al Cielo,
a solas, sin testigo,
libre de amor, de celo,
de odio, de esperanzas, de recelo.



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Poesía
Fray Luis de León (Belmonte, Cuenca, 1527 o 1528 - Madrigal de las Altas Torres, Ávila, 23 de agosto de 1591)

Clásicos Ebro, 1975
 
La mayor parte de sus obras poéticas son odas que, curiosamente, no fueron publicadas durante su vida, sino cuarenta años después de su muerte por Francisco de Quevedo. Fray Luis demuestra en sus obras ser un gran clásico, como lo fue Garcilaso en la primera mitad del siglo.
Oda a la vida retirada
Es una composición poética que consta de 40 liras, en la que fray Luis de León imita la más famosa oda de Horacio quien, recreando el tópico del «Beatus ille», elogia la vida campestre, cercana a la naturaleza y alejada de las riquezas y vanidades del mundo, ideal que también comparte nuestro poeta.

[https://lclcarmen1bac.wordpress.com/]

lunes, 11 de noviembre de 2024

Fatiga (Ángel Guinda)

Cuántas veces cuando tengas mi edad,
habrás leído estos versos que para ti escribía
y en los que no podías detenerte
porque tenías prisa,
esa prisa que da
haber vivido apenas,
porque eras tan joven
y veías la muerte aún lejana.

Acaso entonces desees que mi voz continúe
y yo esté comenzando a dialogar en silencio,
a revivir en el silencio
la hermosura de aquellos ávidos años
frente a la paz equívoca de la fatiga.


 

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El arrojo de vivir
Ángel Guinda (Zaragoza, 26 de agosto de 1948 - Madrid, 29 de enero de 2022)​


Olifante Ediciones, 2017

Ángel Guinda, poeta al que se asocia inmediata y fundamentalmente con la temática de la muerte y por una mirada amargo-realista respecto a temas inherentes a la condición humana, como son el paso del tiempo, la enfermedad, la vejez, las ausencias, también ha creado espléndidos poemas de amor; intensos y arrebatados unos, minimalistas otros, y auténticos y sinceros siempre.
Inmersos como estamos en una época opaca, parece conveniente y necesario rescatar poemas que nos iluminen, que nos reconforten y nos reconcilien con lo mejor de nosotros mismos.
El arrojo de vivir recoge una selección de treinta y cuatro poemas de amor que Ángel Guinda ha publicado, a lo largo de su dilatada trayectoria.

lunes, 30 de septiembre de 2024

Desaliento (Julia Hartwig)

 A despecho de uno mismo

Todos los poetas del mundo escriben el mismo poema
describen la misma roca contra la que se hace pedazos el mar
esa misma pérdida que a ninguno de ellos le fue evitada
en el mismo instante experimentan el éxtasis de vivir
la misma noche se tienden en lecho de las sombras

Llegan a conocer un desaliento tan omnímodo
que el mundo deja de existir para ellos
y cuando tratan de reconstruirlo
su abundancia los hace reventar

En esta magna sinfonía que están ejecutando
solo a los primeros violines honra el director con un apretón de manos
y aunque todos ellos se someten a la ley de la misma armonía
cada uno quisiera ser amado al margen de los demás.


 

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Dualidad
Julia Hartwig (Lublin, Polonia, 14 de agosto de 1921 - Gouldsboro, Pensilvania, 14 de julio de 2017
)

Vaso Roto Ediciones, 2013

Los poemas de Julia Hartwig representan un sereno (y en ocasiones desapasionado) esfuerzo por conciliar aproximaciones antitéticas a una realidad siempre multiforme. Moviéndose sin cesar de lo irónico a lo solemne, de lo terrenal  lo onírico, de la desesperación a la epifanía, sus versos constituyen una lúcida respuesta al atrevimiento de quienes solo ofrecen una visión monocolor de la existencia o, aún peor, buscan aprehender aquella esencia proteica en una mera fórmula simplificadora. Y, no obstante, de estos poemas no escapa nunca un grito de protesta frente al aparente sinsentido de cuanto nos rodea. Antes bien, con su vindicación de la templanza y la armonía, llaman a aceptar la realidad tal como se nos ofrece, puesto que solo desde su comprensión cabal es posible acceder a su sentido último. Y cuando esto parezca realmente imposible, cuando nos embargue el miedo a lo desconocido, o lo irracional se nos antoje peligrosamente cercano, lo mejor es «no preguntar», precisamente el título de uno de los poemas que integran uno de sus últimos libros, Jasne niejasne [Claro, poco claro] (2009).
[Prólogo de Antonio Benítez Burraco y Anna Sobieska]

jueves, 18 de julio de 2024

Piedad (Gustavo Adolfo Bécquer)

Rima LII
 
Olas gigantes que os rompéis bramando
en las playas desiertas y remotas,
envuelto entre la sábana de espumas,
¡llevadme con vosotras!

Ráfagas de huracán que arrebatáis
del alto bosque las marchitas hojas,
arrastrado en el ciego torbellino,
¡llevadme con vosotras!

Nube de tempestad que rompe el rayo
y en fuego ornáis las sangrientas orlas,
arrebatado entre la niebla oscura,
¡llevadme con vosotras!

Llevadme, por piedad, a donde el vértigo
con la razón me arranque la memoria.
¡Por piedad! ¡Tengo miedo de quedarme
con mi dolor a solas!
 


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Rimas y Leyendas
Gustavo Adolfo Bécquer (Sevilla, 17 de febrero de 1836 - Madrid, 22 de diciembre de 1870)


Editorial Ebro, 1977

Porque el escritor no solo llegó a aquellos lectores que se identificaron en algún momento con estos sentimientos amorosos plasmados en las Rimas. Que estos versos, de alguna manera u otra, palpitan en autores posteriores como Luis Cernuda (que no tuvo reparos en admitirlo, por cierto), en Alberti, en Aleixandre o en Federico García Lorca. La referencia a las Rimas de Bécquer fue de tal calibre que dejó una profunda huella literaria.

"Desempeña en nuestra poesía moderna un papel equivalente al de Garcilaso en nuestra poesía clásica: el de crear una nueva tradición, que lega a sus descendientes. Y si de Garcilaso se nutrieron dos siglos de poesía española, estando su sombra detrás de cualquiera de nuestros poetas de los siglos XVI y XVII, lo mismo se puede decir de Bécquer con respecto a su tiempo. Él es quien dota a la poesía moderna española de una tradición nueva, y el eco de ella se encuentra en nuestros contemporáneos mejores."
Luis Cernuda

Por tanto, no podemos acercarnos a las Rimas de Bécquer no solo por lo que son por ellas mismas encuadradas en una tradición literaria concreta (la del Romanticismo más tardío) sino por lo que supuso para los creadores posteriores. Tanto fue así que en palabras de estos poetas (pertenecientes al canon literario, que la clasificación es importante) nos llevan ante una frontera histórica, ante un antes y un después. Antes de Bécquer, la poesía giraba alrededor del clasicismo y la tradición; después de Bécquer, se da carta de naturaleza a la moderna, superada en las últimas décadas por experimentos vanguardistas.
Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla

viernes, 17 de mayo de 2024

Palma (Nizar Qabbani)

Estás grabada en la palma de mi mano

cual letra cúfica en el muro de la mezquita.

Grabada en la madera de la silla, amor mío,

y en el brazo del asiento.

Y cada vez que intentas alejarte de mí

un solo momento

te veo en la palma de mi mano.




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El libro del amor
Nizar Qabbani (Damasco, 21 de marzo de 1923 - Londres, 30 de abril de 1998)


Ediciones Hiperión, 2001
 
“El libro del amor” es una obra que escribió en 1970 en honor de la que sería su segunda esposa, la iraquí Balqis Al Rawi, una maestra de escuela a la que conoció en un recital de poesía en Bagdad, que fue asesinada en un atentado de la guerrilla en Beirut durante el conflicto civil del Líbano, el 15 de diciembre de 1981. Su muerte tuvo un efecto psicológico severo en Qabbani, expresando su dolor en su famoso poema “Balqis”, culpando a todo el mundo árabe por su muerte.
Comienza el libro con un poema extremadamente sencillo, formalmente apenas tres versos, en lo que es una proclamación de su amor, de su forma de entenderlo, Oh, pájaro verde. / Mientras seas mi amor / Dios estará en el cielo.
El amor concebido por Qabbani, El amor, cariño mío, / es un bello poema escrito en la luna, está enfrentado a la concepción tradicional y estricta, pero a cualquier mujer en mi país / cuando ama a un hombre / le arrojan cincuenta piedras. El poeta, deliberadamente, excluye los requisitos de las viejas formas poéticas para usar un lenguaje comprensible, lo que hace que consiga millones de lectores que incluso conocen sus poemas de memoria.

jueves, 22 de febrero de 2024

Sitio (Denise Levertov)

Hablándole al dolor

Ah, dolor, no debiera darte el trato
de un perro vagabundo
que llega hasta la puerta trasera por si logra
un trozo de pan duro, un hueso mondo.
Debería confiar en ti.

Debería halagarte y conseguir
que pasaras dentro y ofrecerte
un rincón propio,
con una vieja alfombra para echarte
y tu propia escudilla.

Te piensas que no sé que llevas tiempo
instalado en mi porche.
Quieres que quede listo tu sitio genuino
antes de que sea invierno. Necesitas
tu nombre, tu collar, la chapa
de identificación. Y necesitas
el derecho a espantar a los intrusos,
a quedarte en casa y
sentirla como propia,
a mí como algo tuyo
y a ti
como mi propio perro.


 

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Antología poética
Denise Levertov (Ilford, Essex, 24 de octubre de 1923 – Seattle, 20 de diciembre de 1997)

Ediciones Hiperión, 2013

La forma orgánica sustenta los versos de Levertov; sus poemas no tienen sentido sin la vieja interacción entre el significado y la forma. De ahí que la empatía sirva para que su poesía fluctúe hasta lograr la reconciliación de contrarios dentro del universo mediante el proceso dialógico. Tal es en esencia la armonía del mundo explicada en su poesía. La estética de Levertov radica en el uso del espacio poético como un microcosmos donde recrear con fidelidad cuantos fragmentos de realidad ha descubierto en su indagar incansable. La forma orgánica pone el acento en la entidad del poema como un organismo vivo, sujeto a procesos de transformación y de evolución, sin un esquema de comportamiento fijado por las leyes métricas, sino por esas mismas reglas que justifican y mantienen la vida en el universo. La poesía de Levertov no obedece a patrones formales establecidos, sino que recurre a la disposición e interacción de recursos visuales, auditivos y táctiles en la página.
[Prólogo de Cristina Gámez y Bernd Dietz]

domingo, 26 de noviembre de 2023

Absorta (Lola Mascarell)

absorta

Estoy oyendo el agua
caer contra el tejado y no la veo,
no veo su descenso en mi ventana,
ni su mancha de nube entre las cosas.
¿Adónde se nos vuela la conciencia
cuándo todo se borra y aparece
un vacío sin nombre y sin paisaje
donde una vez se alzara el mundo en orden?
Hay un raro misterio
en este resbalar de la mirada
más allá del contorno y de las formas.
Hay un raro caer en este trance
del mirar que no mira, que se hunde
nadie sabe en qué abismo bajo el agua
lejana de qué origen.

Absorta (Lola Mascarell)

 

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Mientras la luz
Lola Mascarell (Valencia, 27 de mayo de 1979)

Editorial Pre-Textos, 2013

De su obra ha dicho la autora: “Hay una idea vaga, tal vez, que gira en torno a ese instante en que todo está a punto de desvanecerse, de ser borrado, ese momento previo a la noche, pero que todavía sigue siendo territorio de luz. Y de ahí surge la necesidad de cantar esa luz mientras la luz persiste, cantarla mientras se apaga para hacerla durar. El adverbio, mientras me sugiere esa doble lectura, esa tonalidad agridulce, porque tiene algo que nos lleva a celebrar la duración de las cosas, pero a la vez contiene ya en sí mismo algo de despedida.”
En este poemario hay una constante celebración del instante, ese espacio breve e intenso entre la luz que aparece y su despedida, ese “mientras la luz” permanece en el fulgor de su exuberancia esplendorosa. En el primer poema del libro, que se titula de igual forma, dice: “… Todo está en la ventana, soy el marco/ que reúne y contiene los compases/ de este instante inmortal, de este intervalo./…”. Y en esta celebración hay un cierto paralelismo al haiku, en cuanto la poeta se coloca fuera del suceso, como aquellos haijines recorre su camino y descubre el espíritu del mundo.
[Francisco Basallote.  www.papel-literario.com]

domingo, 24 de septiembre de 2023

Ensueño (Ernestina de Champourcin)

El último ensueño
 
Prende a mi vestido capullos de almendro,
perfuma de nardo mis negros cabellos
y entierra entre flores los tristes recuerdos.
Apaga las luces… pero haz que a lo lejos
Beethoven suspire, nostálgico y lento.
Cerraré los ojos y sobre mis dedos
se irá deshojando, silencioso y yerto,
el llanto divino del último ensueño.

Entorna las puertas. Deshaz este velo
que tejí con plata. ¡Ya sólo deseo
descansar tranquila! Cuando esté deshecho,
recoge sus hilos, bésalos y… luego
deja que mis manos vayan componiendo
con las hebras rotas el postrer ensueño.

Mi vida se acaba. ¡Ya sé que me muero!
Y quiero extinguirme, muda, sonriendo,
con el alma alegre y el corazón lleno
de bellas quimeras, guardando en mi pecho
toda la agonía del postrer momento.
¡Déjame que muera viviendo mi ensueño!
 
Almendro En Flor - Vincent Van Gogh

 
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Antología poética
Ernestina de Champourcin (Vitoria, 10 de julio de 1905 - Madrid, 27 de marzo de 1999)


Ediciones Torremozas, 1988
 
“Solo creo en Dios y en la belleza —confiesa Ernestina a Carmen Conde—. No me queda sitio para nada más. ¡Ah! Y en amistades de carácter espiritual como la nuestra, sin distinción de sexos”. Ernestina concibe la experiencia religiosa en un sentido amplio y poético. Su devoción —matiza— “es más bien misticismo; cierto fondo de exaltación que aplico de un modo especial a todas las cosas. Por ejemplo, siento a Dios más cerca al escribir un Poema que rezando ante imágenes […]; vuelvo a repetírtelo: para mí Dios es la Belleza”. Ernestina no era una mujer conformista, sino un espíritu rebelde. No aceptó la tutela de su aristocrática familia, que le recriminó apoyar a la Segunda República. No se alineó con ninguna vanguardia, pese al interés que le suscitaron como escritora. En su única novela, La casa de enfrente, no justificó ni ocultó los crímenes de las milicias revolucionarias en el Madrid sitiado por los militares sublevados. No se sometió al materialismo imperante, que aconsejaba celebrar la finitud y olvidarse de la eternidad. Siempre buscó la pureza y el infinito. “El lirio es la flor simbólica de nuestra juventud —escribe—. Ávida, tensa, en el afán supremo de huir; empeñada en buscarse a sí misma lejos, entre la flecha inmóvil de lo infinito”. 
[Rafael Narbona - El cultural]

lunes, 28 de agosto de 2023

Tiniebla (Manuel Altolaguirre)

¡Cerrad todas mis puertas!
Que angustioso, del centro
de mi tiniebla brote
el fantasma apretado;
que su presencia ahuyente
las músicas, los roces,
los perfumes, las vistas;
que su silencio agrande
la sala inmensamente.

¡Cerrad todas mis puertas!
Que este dolor se encuentre
desconocido, inmóvil;
que apague mis sentidos
y todo se haga de noche:
mi carne, el aire, todo;
no pueda tener límites;
que para mí no queden
ni luces ni alegrías.

Tiniebla (Manuel Altolaguirre)
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Las islas invitadas
Manuel Altolaguirre (Málaga, 29 de junio de 1905 - Burgos, 26 de julio de 1959)


Editorial Castalia, 1972
 
Las islas invitadas comprende 137 poemas, casi toda la producción poética de la primera época de Altolaguirre. El libro está dividido en trece títulos: Ejemplo, Elegías, Luz y amor, El Héroe, Un día, Soledades, Fábulas, Noche humana, Roca maternal, La voz cruel, Vida poética, La lenta libertad y Lo invisible. Algunos de estos títulos corresponde a la obra anteriormente publicada por él, si bien muchos de los poemas no pertenecen a las colecciones anteriores.
Altolaguirre fue agrupando bajo cada título los poemas que consideraba más representativos de su quehacer poético. En su obra se trata del paso del tiempo, la percepción del disfraz del mundo, la intimidad amorosa, la vivencia del propio yo, un cierto recuerdo lorquiano, el sentimiento de la soledad fundido con el tema del Narciso y el homenaje a dos poetas románticos.
[De la Introducción de Margarita Smerdou Altolaguirre]

jueves, 18 de mayo de 2023

Durmiente (Carlos Marzal)

 La pequeña durmiente
 
No es que el mundo esté bien: es que no existe.
No hay nada alrededor:
                                            sólo tu sueño.
Nada tiene más ley que tu abandono,
tu suave abjuración,
la dulce apostasía que te ausenta.

No hemos fundado el mundo: nunca cambia.
Pero este cuadro es nuevo
                                            --padre e hija--,
porque sólo el amor es diferente,
sin por ello dejar de ser lo mismo.

El anchuroso mundo, que no importa,
gravita en torno a ti: lo has imantado,
y vive irreprochable hacia tu brújula.
Lo innúmero se rinde a tu unidad sencilla.

Durmiente flor desnuda en mis palabras,
adormidera de los desencantos,
prístina  amapola pálida.


Durmiente (Carlos Marzal)

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Fuera de mí
Carlos Marzal (
Valencia, 8 de septiembre de 1961)

Visor Libros, 2004
 
Pero si en Metales pesados prevalecía el desconcierto indagatorio y las correspondientes zozobras expresivas, en su siguiente libro, Fuera de mí (2004), domina más decididamente la entonación pletórica, el himno a la plenitud del ser. Abandonada por el poeta la pesquisa gnoseológica basada en la estricta observancia racionalista, ahora el conocimiento de lo primordial se define como «un saber de sinsaber», o como la «analfabeta ciencia de estar vivo».
...

Aunque el poeta anuncia en el título su condición de ser enajenado, fuera de sí, en ningún lugar se propone una salida por la vía de la trascendencia, otro mundo para cuya posesión hubiera que renunciar a éste, pues el presente himno se funda en el nihilismo o nadismo de las creencias; al contrario, cuando se idea un paraíso que exige mortificación o negación del cuerpo, «más nos encomendamos a estos límites / de paupérrima carne vanidosa». En los instantes de máximo fervor, el cuerpo queda convertido en «fanal / de carne en que titilo», y el sujeto remeda el movimiento nervioso hacia la claridad («y voy que tiemblo») a través de la «noche ufana del alma», señas de una tradición sanjuanista bajo cuyo peso el poeta avanza a tentones y trastabilla en las palabras: un testimonio éste de la cortedad del decir en la que ya no bastan las antiguas destrezas formales.
[Cervantes Virtual - Ángel L. Prieto de Paula]

domingo, 12 de febrero de 2023

Leche (Charles Simic)

Regreso a un lugar iluminado por un vaso de leche (1974)
 
Bien entrada la noche nuestras manos dejan de trabajar.
Descansan abiertas con huellas de animales
viajando a través de la nieve reciente.
No necesitan de nadie. La soledad las rodea.

Cuando se acercan, cuando se tocan,
son como dos pequeños arroyos
que al entrar a un ancho río
sienten la fuerza del mar distante.

El mar es una habitación lejana en el tiempo
iluminada por los faros de un coche al pasar.
Un vaso de leche resplandece en la mesa.
Sólo tú puedes alcanzármelo ahora.
 
Leche (Charles Simic)

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Mil novecientos treinta y ocho
Charles Simic (Belgrado, Serbia, 9 de mayo de 1938 - Dover, Estados Unidos, 9 de enero de 2023)​


Valparaíso Ediciones, 2014

Charles Simic, el insomne que a las tres de la madrugada se convierte en metafísico, cree que la noche le hace más humilde, de igual manera que cree que existen dos formas de ver el mundo: con los ojos abiertos y con los ojos cerrados, que es como él pensó siempre que las cosas se ven mejor. Así mira su poesía, a la que no le vale sollozar o morder la almohada, porque prefiere el sentido del humor y combinar la ironía con la tragedia, como cualquier tipo de escena cotidiana, con el anhelo infinito y secreto de la poesía de detener el tiempo.
[Prólogo de Nieves García Prados]

viernes, 6 de enero de 2023

Anochecer (Tomás Segovia)

A quien podría o debería hablarle
De esta tristeza gris
Como un anochecer de invierno
Que cae sobre un hombre que se afana
Buscando una nostalgia palpitante y tibia
Y descubre de pronto
Que se le escapa siempre
Y no le encuentra peso ni asidero
Es porque en la llanura de su alma
Está también anochecida la ilusión.

Anochecer (Tomás Segovia)

 

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Siempre todavía (Poemas 2006-2007)
Tomás Segovia (Valencia, 21 de mayo de 1927 - Ciudad de México, 7 de noviembre de 2011)

Editorial Pre-Textos, 2008

Segovia contrasta esta integración profunda de los componentes del lenguaje dentro de la poesía con los de un juego de ajedrez. Nos dice que, para poner en operación el tablero, no es necesario preocuparnos por la forma de los objetos, por lo que representan, en tanto cumplan con las características que permiten la posibilidad de usarlo: los dos colores, la cantidad de piezas y los modos de juego son lo que le otorgan esa definición. En cambio, el poema a traducir necesita de una profunda especificidad, como si las piezas que necesitamos para jugar “tuvieran características que cambiarían no solo para cada pieza sino también cada vez que la pieza se mueve entre diferentes casillas –que a su vez tampoco serían iguales ni con caracteres fijos”. Donde el ajedrez es operativo, entonces, más allá de la estética del objeto, la poesía opera en un nivel de abstracción donde la concordancia entre palabra y significado es, al mismo tiempo, profunda y dispar. Para decirlo con Segovia, la poesía “utiliza las palabras a la vez como lengua y como lenguaje”, como mecanismo y ontología, como recurso y como centralidad.
[Cruz Flores - letraslibres.com]

martes, 11 de octubre de 2022

Centro (Stephen Spender)

Oscuridad y luz
 
Escapar del caos de mi oscuridad
hacia un lúcido día es mi voluntad.
Mis palabras como ojos en la noche, buscan con su escudriñar
para su luz un centro: y mis actos arrojados
a lugares lejanos por la violencia impaciente
aun así se traban para conformar un sendero de piedra
desde mi oscuridad hacia un lúcido día.
 
Aun así, igualmente, evitar ese lúcido día
y mi oscuridad preservar, es mi voluntad entera.
Mis palabras, como ojos entornados ante la luz, rechazan
y se cierran sobre la oscuridad; mis actos
arrojados hacia sus opuestos por la impaciente violencia
quiebran el sendero sucesivo; vuelan
en círculo para evitar el centro.

Escapar de mi oscuridad hacia el centro
ilumina mi propia debilidad, cuando fracaso;
el arco de hierro del proyecto de evitación
vuelve a curvarse sobre mi debilidad al cabo;
tanto si la tenue luz chispea ante mi cara
como si en la oscuridad mi vista de mi vista se esconde,
centro y circunferencia son ambos mi debilidad.

¡Ay, extraña debilidad de mi voluntad y desmayo!
¡Terrible oleada blanca con la palabra furiosa!
¡Terrible vuelo a través de la arremolinada oscuridad!
¡Temida luz que acecha mi perfil!
¡Temida noche que me ahoga en miedos!
Mi voluntad tras mi debilidad perfila
mis territorios de miedo con un gran sol.

Medro hacia la aceptación de ese sol
que escinde el día de la noche. La luz
escapa de la oscuridad, la oscuridad de la luz
hacia un negro o blanco de vacío total.
El mundo, mi cuerpo, une oscuridad y luz
reconcilia y separa.
en lúcido día el caos de mi oscuridad.

Centro (Stephen Spender)

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Ausencia presente y otros poemas
Stephen Spender (Kensington, 28 de febrero de 1909 - Londres, 16 de julio de 1995)
 
Editorial Lumen, 2007

En su precoz autobiografía World Within World (Un mundo dentro del mundo), publicado por Stephen Spender cuando apenas tenía cuarenta y dos años, el poeta afirma: "Llegué a ver que la dirección lo es todo. Puesto que vivimos en el tiempo nunca estamos completos. La perfección implica alcanzar un objetivo y quedarse allí, pero, en realidad, nunca llegamos a ninguna parte y no paramos hasta que estamos muertos, Nada más resolver un problema, surgen otros nuevos de la misma situación que se deriva de haberlo resuelto. El mayor engaño del ser humano es que hay una meta tangible y no solo una mera dirección hacia un objetivo". Aplicadas a su trayectoria poética, estas palabras describen con detalle su incesante búsqueda de un centro absoluto, una esencia inalcanzable, exploración esta que prolongaría a lo largo de toda su vida y que comenzó muy pronto, ya en la década de los veinte, cuando "la única actividad seria sería la poesía.
[Del prólogo de Eduardo Iriarte]

martes, 13 de septiembre de 2022

Desvelado (Josefina de la Torre)

Así, las manos dobladas
sobre el delantal bordado,

los ojos sin horizontes

y el corazón desatado,

me iré quedando dormida

en la noche de verano.

Ni el más ligero desvelo

doblará el encaje blanco.

Sólo el corazón perdido

por el camino más largo.

En el silencio, la sombra

aviva el lirio exaltado.

Sólo el corazón perdido

su voz de plata cantando.

Toda la noche en la falda

quietas, dobladas, las manos.

Sin horizontes, los ojos

el sueño los fue cerrando.

Pero el corazón, inútil,

como un reloj, desvelado.

Desvelado (Josefina de la Torre)

 

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Poemas de la isla
Josefina de la Torre (Las Palmas de Gran Canaria,  25 de septiembre de 1907 − Madrid, 12 de julio de 2002) 
 
Biblioteca Básica Canaria, 1989

Poemas de la Isla, publicados en 1930 cuando Josefina de la Torre tenía apenas veintitrés años, son poemas de una extraordinaria humanidad. En una época en la que para la mujer sólo cabía decir «Amén», la escritora evoca de lleno temas de los que una mujer no podía ni debía hablar. Con el mar como telón de fondo, al que describe en todas sus facetas, la poetisa aborda directamente la aventura del inconsciente, explorando temas como el deseo, el cuerpo y su sensualidad, la pasión y los sueños; se hace eco así de la vanguardia surrealista, sin olvidar ecos de otras vanguardias como la futurista, evocando los avances técnicos de la época, el cinematógrafo o el automóvil…. Y, entre todo ello, ecos en los que lo religioso se mezcla de forma audaz con lo profano para convertir la culpabilidad del deseo en experiencia estética. Todo ello con la sencillez y el carácter lúdico que caracterizan su pluma fresca, marítima y campestre a la par, seria y festiva: una pluma sin complejos.

sábado, 16 de abril de 2022

Antorcha (Marguerite Yourcenar)

IV
 
Nunca sabrás que tu alma va viajando conmigo,
que he adoptado en el mío tu corazón querido;
y que ni otros amores, ni el cruel tiempo enemigo,
ni la edad, nada puede impedir que hayas sido.
 
Que ha tomado tu rostro la belleza del mundo,
de tu dulzura vive, luce tu claridad;
que el lago pensativo sobre el campo profundo
únicamente me habla de tu serenidad.
 
Nunca sabrás que tu alma siguió con quien te ama,
que es la lámpara de oro que mi paso ilumina,
y que en mi canto un poco de tu voz se adivina.
 
Dulce antorcha, tus rayos, brasero fiel, tu llama,
me enseñan los senderos que tu paso seguía,
y tú vives un poco pues vivo todavía.

Antorcha (Marguerite Yourcenar)

 

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Siete poemas para una muerta
Marguerite Yourcenar (Bruselas -Bélgica-, 8 de junio de 1903 - Mount Desert Island -Estados Unidos-, 17 de diciembre de 1987)
 
Visor Libros, 1982 

T.S. Eliot y Juan Rulfo cantaron la condición fantasmal del ser humano que habita entre los muertos, el ser entre seres desconocidos que parecen vivos y cristaliza ecos, imágenes, reflejos venidos de otros lugares y otros tiempos. Marguerite Yourcenar reconoce la fuerza implacable y misteriosa del vacío inconmensurable que nos borra y nos llena de sentido, pero no ubica sus versos en una populosa metrópoli ni en una deshabitada ranchería, sino en el yerto cuerpo concreto del ser amado, donde la devastación es una ola infatigable, indiferente al llanto del amante.
Desorbitada ante la presencia de un cuerpo sin voz y sin gestos, impotente ante el hecho de que ya no responde a su dolor, inalcanzable a su deseo, el objeto de su amor es el latido de lo que fue y permanece ausente y mudo. Aferrada al doloroso aleteo de ese efímero milagro, Marguerite Yourcenar coloca ramitas de resignación y elevadas verdades en la frente de la angustia, penando de amor el cuello de la desesperanza, para hacer posible lo imposible y aceptar lo inaceptable.
[Patricia Damiano]

domingo, 13 de febrero de 2022

Bastón (Du Fu)

¿Como ha llegado aquí
este bastón de hojalata?
El viento de otoño es frío ya.
La lluvia destroza los crisantemos en el recóndito patio,
y en el estanque la mitad de los lotos perecen en la escarcha.
El exilio no ha afectado tu talante,
y en tu soledad absoluta
no has dejado la práctica del zen.
Nos encontramos, pasamos juntos la noche;
redonda nos contempla la luna de Long.

Bastón (Du Fu)

 

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El vuelo oblicuo de las golondrinas
Du Fu (Duling, 712 - Leiyang, 770)

Entre los líricos de la dinastía Tang, Du Fu es un gigante prolífico -han llegado hasta nosotros más de mil cuatrocientos de sus poemas, aunque otros muchos se han perdido-. destaca, no por el número, sino por la calidad de sus poemas.
La obra poética de Du Fu se conoce en la literatura china como
shishi, que viene a significar "historia en verso", mas el término es engañoso, pues los poemas no son en absoluto una mera exposición objetiva de acontecimientos o de situaciones, sino que están teñidos por los sentimientos de su autor, es decir, en ellos el lirismo se combina con la narrativa, tanto si tratan de asuntos políticos o militares como si describen un paisaje o exponen un conflicto personal o social.
Por otro lado, la poesía de Du Fu es fiel reflejo de tu talante: un espíritu taoísta que desprecia las riquezas y aborrece el lujo y los excesos de la corte sin caer en el orgullo y la soberbia; un hombre que prefiere el tejido basto a la fina seda. Un poeta dotado de ese sentimiento instintivo de la naturaleza propio de las almas taoístas, que impregna de emoción las cuidadosas descripciones de su lírica.
De la "Presentación" [Clara Janés y Juan Ignacio Preciado Idoate]

miércoles, 10 de noviembre de 2021

Llanto (Ángel González)

«Qué le vamos a hacer»

Y ahora,
con el alma vacía como tantas
veces,
contemplo el lento paso de los días
que me empujan no sé hacia qué destino,
oscuro, presentido,
ya sin curiosidad. Es aburrido
sabes y no saber, equivocarse
y acertar. También estar seguro
es tan insoportable en muchos casos
como dudar, como ceder, como desmoronarse.
Seguro, a salvo, ahora
que ya pasó el dolor,
observo la zozobra lo mismo que una estela
fundida a mis espaldas
con el espeso limo
de los sucesos cotidianos, dados
—antes de ser recuerdos— al olvido.
La indiferencia ante la propia suerte
no es mejor compañera que la angustia,
ni mi sonrisa
(cuando el azar nos pone,
viejo amor,
frente a frente)
representa otra cosa que la ausencia
de algún gesto más justo
para significar la seca, dolorosa,
irreparable pérdida del llanto.

Llanto (Ángel González)
 

 

 

 

 

 

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Tratado de Urbanismo
Ángel González (Oviedo, 6 de septiembre de 1925 – Madrid, 12 de enero de 2008)
« Tratado de urbanismo » (1967) reflexiona sobre una experiencia de lo cotidiano configurada por la vida en la ciudad, ya sea desde el presente -Madrid, años sesenta-, ya desde el recuerdo lejano de la infancia. El análisis de la ciudad contemporánea da origen a distintas variaciones, incisos personales y exploraciones de la memoria, situando en primer plano la crítica de la vida social y de los prejuicios imperantes a través de la ironía. Igual que otros poetas españoles de la generación del medio siglo, Ángel González enlaza sus vivencias personales con la historia colectiva; « Tratado de urbanismo » cierra un ciclo en su obra poética.
[Antonio Jiménez Millán. Cahiers d'études romanes]

martes, 12 de octubre de 2021

Estandarte (Izaskun Gracia Quintana)

y si
después de recorrer el mundo y escarbar tu nombre
estandarte salvador que todo lo puede
no te encuentro
y si
rebelada contra las angosturas me descubro débil
e incapaz de cruzar mis puentes
me quiebro
qué bandera ensalzaré entonces
a quién callaré estos errores


eta
munduan zehar ibili eta zure izena hastakatu ondoren
zutoihal salbatzaile ahalguztiduna
aurkitzen ez bazaitut
eta
mehartasunen aurka asaldaturik ahul aurkitzen badut neure burua
eta nire zubiak zeharkatzeko ezgauza
apurtzen banaiz
zein bandera goratuko dut orduan
nori isilduko dizkiot aktas hauek

 

Estandarte (Izaskun Gracia Quintana)



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Artikoa / Ártica
Izaskun Gracia Quintana (Bilbao, 29 de noviembre de 1977)
 
Amargord Ediciones, 2012

Sin embargo, la poesía se nos muestra como medicina, como el ungüento que poco a poco cicatriza la herida desgarrada de la conciencia. Y de nuevo las palabras de Pizarnik: Escribir es reparar la herida fundamental, la desgarradura. Porque todos estamos heridos. Y el fin lejano, el que nos pone en marcha y nos hace continuar: la luz. La luz intensa, la lámpara oscilante de la conciencia, que en cualquier parte y en cualquier momento nos mostrará fascinante el camino.
Así y todo, la poeta no te dará receta alguna. Difícilmente te dará la mano para que salgas del agujero negro que tú mismo has cavado, difícilmente te ofrecerá aliento o polvos mágicos para sacarte de la desesperación; pero, con amor y generosidad, te prestará las palabras que te llevarán hacia la luz. Porque eso es la poesía de Izaskun Gracia, el fuerte impulso que alumbrará la esencia de los pensamientos y el sentimiento de las palabras. Y las palabras no son sino cabo de nuestra vida.
[Prólogo de Pello Otxoteko]
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