Ya está todo en sazón. Me siento hecha,
me conozco mujer y clavo al suelo
profunda la raíz, y tiendo en vuelo
la rama, cierta en ti, de su cosecha.
me conozco mujer y clavo al suelo
profunda la raíz, y tiendo en vuelo
la rama, cierta en ti, de su cosecha.
¡Cómo crece la rama y qué derecha!
Todo es hoy en mi tronco un solo anhelo
de vivir y vivir: tender al cielo,
erguida en vertical, como la flecha
que se lanza a la nube. Tan erguida
que tu voz se ha aprendido la destreza
de abrirla sonriente y florecida.
Todo es hoy en mi tronco un solo anhelo
de vivir y vivir: tender al cielo,
erguida en vertical, como la flecha
que se lanza a la nube. Tan erguida
que tu voz se ha aprendido la destreza
de abrirla sonriente y florecida.
Me remueve tu voz. Por ella siento
que la rama combada se endereza
y el fruto de mi voz se crece al viento.
que la rama combada se endereza
y el fruto de mi voz se crece al viento.

La joven que debutó en 1961 con Arte y parte no volvería a reaparecer del todo hasta 1976 con Marta & María. Cuando se le pregunta la razón de tan largo silencio María Victoria Atencia habla de una vida “completa” con los hijos pequeños, del “susto” que supuso leer a Rilke y, sobre todo, de una sensibilidad en los antípodas de la poesía social, dominante esos años. Un accidente de su profesor de vuelo y un “desequilibrio” amoroso la empujaron de nuevo a la escritura.
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