Si nuestras vidas no tuviesen más configuración que ésta, debemos desear, y quizás merezcamos, perecer; si la depresión no tuviera fin, entonces el suicidio sería, también, el único remedio. Pero no hace falta sonar la nota falsa o edificante para subrayar la verdad de que la depresión no es la aniquilación del alma; hombres y mujeres que se han recuperado de la enfermedad -y son incontables- dan testimonio de la que probablemente sea su única gracia salvadora: se puede vencer.
Para aquellos que han vivido en la selva oscura de la depresión, y conocen su inexplicable agonía, su regreso del abismo no es diferente del ascenso del poeta, recorriendo penosamente, más y más arriba, el camino de salida de las negras profundidades del infierno para finalmente emerger a lo que él llama "el brillante mundo". Allí, quien haya recobrado la salud, ha recobrado casi siempre el don de la serenidad y la alegría, y tal vez ésta sea recompensa suficiente por haber soportado la desesperación más allá de la desesperación.
E quindi uscimmo a riveder le stelle
Y así salimos para volver a ver las estrellas
Para aquellos que han vivido en la selva oscura de la depresión, y conocen su inexplicable agonía, su regreso del abismo no es diferente del ascenso del poeta, recorriendo penosamente, más y más arriba, el camino de salida de las negras profundidades del infierno para finalmente emerger a lo que él llama "el brillante mundo". Allí, quien haya recobrado la salud, ha recobrado casi siempre el don de la serenidad y la alegría, y tal vez ésta sea recompensa suficiente por haber soportado la desesperación más allá de la desesperación.
E quindi uscimmo a riveder le stelle
Y así salimos para volver a ver las estrellas

____________________________________________________________________________
Esa visible oscuridad
William Styron (Newport News, Virginia, 11 de junio de 1925 – Martha’s Vineyard, Massachusetts, 1 de noviembre de 2006)
Ediciones La otra orilla, 2009
Durante el verano de 1985 a William Styron, el aclamado autor de La decisión de Sophie, le desbordaron un insomnio constante y una perturbadora sensación de malestar; las primeras señales de una profunda depresión en la que se sumiría su vida y que le dejaría al borde del suicidio. En este texto el gran novelista describe su
No hay comentarios:
Publicar un comentario