jueves, 18 de julio de 2024

Piedad (Gustavo Adolfo Bécquer)

Rima LII
 
Olas gigantes que os rompéis bramando
en las playas desiertas y remotas,
envuelto entre la sábana de espumas,
¡llevadme con vosotras!

Ráfagas de huracán que arrebatáis
del alto bosque las marchitas hojas,
arrastrado en el ciego torbellino,
¡llevadme con vosotras!

Nube de tempestad que rompe el rayo
y en fuego ornáis las sangrientas orlas,
arrebatado entre la niebla oscura,
¡llevadme con vosotras!

Llevadme, por piedad, a donde el vértigo
con la razón me arranque la memoria.
¡Por piedad! ¡Tengo miedo de quedarme
con mi dolor a solas!
 


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Rimas y Leyendas
Gustavo Adolfo Bécquer (Sevilla, 17 de febrero de 1836 - Madrid, 22 de diciembre de 1870)


Editorial Ebro, 1977

Porque el escritor no solo llegó a aquellos lectores que se identificaron en algún momento con estos sentimientos amorosos plasmados en las Rimas. Que estos versos, de alguna manera u otra, palpitan en autores posteriores como Luis Cernuda (que no tuvo reparos en admitirlo, por cierto), en Alberti, en Aleixandre o en Federico García Lorca. La referencia a las Rimas de Bécquer fue de tal calibre que dejó una profunda huella literaria.

"Desempeña en nuestra poesía moderna un papel equivalente al de Garcilaso en nuestra poesía clásica: el de crear una nueva tradición, que lega a sus descendientes. Y si de Garcilaso se nutrieron dos siglos de poesía española, estando su sombra detrás de cualquiera de nuestros poetas de los siglos XVI y XVII, lo mismo se puede decir de Bécquer con respecto a su tiempo. Él es quien dota a la poesía moderna española de una tradición nueva, y el eco de ella se encuentra en nuestros contemporáneos mejores."
Luis Cernuda

Por tanto, no podemos acercarnos a las Rimas de Bécquer no solo por lo que son por ellas mismas encuadradas en una tradición literaria concreta (la del Romanticismo más tardío) sino por lo que supuso para los creadores posteriores. Tanto fue así que en palabras de estos poetas (pertenecientes al canon literario, que la clasificación es importante) nos llevan ante una frontera histórica, ante un antes y un después. Antes de Bécquer, la poesía giraba alrededor del clasicismo y la tradición; después de Bécquer, se da carta de naturaleza a la moderna, superada en las últimas décadas por experimentos vanguardistas.
Candela Vizcaíno | Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla

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