Menú

viernes, 16 de enero de 2015

Polvo (Francisco de Quevedo)

Amor constante más allá de la muerte

Cerrar podrá mis ojos la postrera 
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora, a su afán ansioso lisonjera; 


mas no de esotra parte en la ribera
dejará la memoria, en donde ardía:
nadar sabe mi llama el agua fría,
y perder el respeto a ley severa. 


Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido,
venas, que humor a tanto fuego han dado,
médulas, que han gloriosamente ardido, 


su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.



Polvo (Francisco de Quevedo)
____________________________________________________________________________

Poemas escogidos
Francisco de Quevedo y Villegas (Madrid, 14 de septiembre de 1580 - Villanueva de los Infantes, 8 de septiembre de 1645)

Editorial Castalia, 1984

Quevedo reflejó en su obra literaria una profunda contradicción entre el hombre político que vocacionalmente quiso ser y el poeta que supo escribir los más excelsos poemas satíricos, filosóficos y amorosos de nuestro Barroco. De la conjunción de estas dos facetas —intrínsecamente definitorias de su carácter— nace un pavoroso desengaño que lo empujará a sobrevivir en su refugio interior de creación y a escribir para vivir y padecer. Componer poesía lo obligó a plantear una nueva manera de conocer, proponer una vía de acercamiento a la realidad, determinar, en suma, múltiples perspectivas para vivir y sentir su época y traducirla a claves del desengaño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario